El Barça superó con claridad al Sevilla en la final de la Copa del Rey con dos goles de Suárez, uno de Messi, otro de Iniesta y uno de Coutinho, de penalti.
Heridos aún por la descalificación en Champions, los azulgrana recuperaron su mejor versión para conquistar la cuarta Copa consecutiva, la 30 de su historia, y brindarle al capitán un nuevo título en su última final de azulgrana. Todavía los azulgranas dolidos por la eliminación de Roma, una eliminación inesperada por parte de todos los culés y el propio club por la renta en la ida de cuartos de final por un (4-1). Los jugadores del Barça salieron a por la Copa desde el inicio y no dieron ninguna opción al Sevilla en el Wanda Metropolitano. A excepción de Cillessen, el portero de la Copa, Valverde apostó por su mejor once. Tras descansar en Vigo, Leo Messi, Iniesta, Busquets, Piqué y compañía ofrecieron su mejor versión para atropellar literalmente al Sevilla los 90 minutos de partido. Dos goles de Suárez, uno de Messi, otro de Iniesta y uno de Coutinho valieron para que el Barça se llevará su cuarta Copa del Rey de forma consecutiva y le ofreciera un nuevo título al capitán Iniesta -el 31-, que se marchó ovacionado por todo el estadio culés y sevillistas en el minuto 87 de partido.
Iniesta, súper motivado por disputar su última final con el Barça, hizo lo que quiso con el balón y pronto se ganó que los culés gritaron su nombre después de varios detalles de calidad, como una conducción espectacular o un recorte de tacón.
Después de un primer aviso tras una falta directa de Messi que obligó al portero sevillista a despejar a córner, llegó el primer gol del Barça que fabricó ¡¡¡Cillessen!!!., Sí, de los pies del portero holandés nació el 0-1. Cillessen, con un potente disparo, sacó en largo un balón que recogió casi en el área del Sevilla Coutinho, que tras internarse en el área picó el balón sobre David Soria y Mercado para que Suárez acabará poniendo en ventaja al Barça en el marcador en el minuto 14.
El Barça había sido amo y señor del primer cuarto del partido no solo lo demostraba el marcador, sino la posición azulgrana, que fue del 66%, frente a un 34% sevillista. Pero no satisfechos con ello, los jugadores de Valverde siguieron con el mismo estilo y ritmo buscando la portería contraria. Los de Montella por su parte, únicamente encontraban en las internadas de Navas la única forma de tratar de acercarse al marco defendido por Cillessen, pero no les alcanzaba ante el juego ofensivo azulgrana.
Antes del 0-2, Iniesta aviso con un disparo desde fuera del área que acabaría estrellándose en el larguero después de impactar en Messi. Precisamente Leo fue el encargado de anotar el 0-2 a los 31 minutos y tras una jugada ‘made in La Masia’. Iniesta, desde tres cuartos de campo, abrió para Alba y éste, con la ayuda de un rebote con el pie de Navas, acabó dando un paso de tacón atrás que Messi lo aprovechó para fusilar a David Soria. Apenas se llevaba un tercio de partido y se apreciaba que el Barça no se conformaba con el 0-2 y que al Sevilla se le iba a hacer muy largo el encuentro. El 0-3 fue otra jugada para la historia. A cinco minutos del descanso, una nueva triangulación, también iniciada por Iniesta, acabó en el segundo gol de la noche de Suárez. El uruguayo recibió de Iniesta, abrió para Messi y éste se le devolvió el balón dentro del área para que definiera a la perfección tras colarse entre los dos centrales sevillistas. Andrés Iniesta quiso redondear su espectacular partido con un gol, así que decidió aliarse de nuevo con Suárez y Messi. El uruguayo, muy intenso, recuperó un balón en tres cuartos de campo para cedérselo al capitán, quien tras combinar con Messi, se coló dentro del área del Sevilla y, tras dejar sentado a su portero con un recorte, definió para firmar el 0-4. Solo habían pasado siete minutos desde la reanudación. El entrenador del Sevilla, Montella, que en el descanso había dado entrada a Sandro por Correa, veía como su barco tenía fugas de agua por todas partes y era incapaz de frenar la tormenta del Barça, que parecía no haber empachado aún su hambre. De hecho, salvo un remate de Sandro en el minuto 64, que Cillessen detuvo con el muslo, el Sevilla no pisó más el área del Barça. El 0-5 llegó doble. Primero Coutinho consiguió marcar de jugada tras recibir de Luis Suárez, pero el propio árbitro decidió anular la ley básica del fútbol -penalti, gol es gol- y optó por señalar las manos de Lenglet dentro del área. Aun así, Coutinho, fue él responsable de lanzarlo, pero no falló desde los 11 metros y puso la manita a una final que pasará a la historia por la ovación que recibió Andrés Iniesta de todo el estadio en su última final como azulgrana, tras ser sustituido en el minuto 87. El capitán alzó su título 31 y el próximo domingo, en Riazor, puede cerrar su etapa en el Barça con el 32 consumando el doblete con otra Liga.
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